Ha comenzado un nuevo término lectivo, volvieron los niños y con ellos la alegría y el bullicio colmaron una escuela que por más de dos meses permaneció en silencio, con pasillos que extrañaban el paso continuo de la niñez, sus voces y su presencia cálida impregnada de ternura y picardía.
Muchos fueron los padres que acompañaron a sus hijos en ese primer día de clase donde se iban a encontrar con su nueva maestra, llenos de espectativas, de ilusiones y por qué no de temores, sobre todo en aquellos que por primera vez ingresaban a la escuela.
Hubo discursos de bienvenida por parte de docentes y directivos y también la bendición de Dios a través de la presencia del zacerdote Marcelo Leonardi y un pedido muy especial a nuestro creador en las palabras de la Sra Directora Adela Panasuk de Quintana quién en el último párrafo expresó:
A Dios le pido:
- Fe para mirarlo en todo lo que haga.
- Esperanza, para no desfallecer.
- Paciencia y humildad.
- Desprendimiento y generosidad
Pero por sobre todas las cosas que me ayude a discernir y elegir aquello que conviene y no sé pedir.
Que tenga el corazón alerta y el oído atento,
la mano y la mente activa para hacer su voluntad.